¿Vivir en la noche eterna de un planeta solitario?

Imagínense vivir en un planeta aislado, solitario, sin estrella anfitriona, sin luna u otros planetas cercanos, vagando en la oscuridad del espacio inmenso entre estrellas lejanas. Nunca se ve una aurora, la salida del Sol; no existe la luz del día, solo una noche eterna, no hay estaciones, ni primavera, ni verano… No hay años, solo un flujo suave del tiempo, debajo de un firmamento estrellado, visible en forma permanente. Tal vez los astrónomos en este planeta tendrán condiciones privilegiadas, pero ¿el resto de la sociedad también?

Dirán: "¡imposible!" - siempre aprendimos que la vida en la Tierra depende totalmente del la luz y del calor del Sol, la Tierra sería un témpano de hielo inerte sin la radiación permanente del Sol. Sí, probablemente esto sea verdad para la Tierra, pero un trabajo reciente por Dan Hooper y Jason Steffen demuestra que para planetas rocosos, un poco más masivos que la Tierra (entre 5 y 10 veces mayor) existe la posibilidad de que la aniquilación de partículas de la materia oscura podría calentar al planeta solitario de tal forma que esto pueda mantener agua en estado líquido en su superficie. Y agua líquida es una de las condiciones necesarias para la vida.

Hay muchos indicios a favor de la materia oscura, vea, por ejemplo, la comunicación del 11 de Mayo de 2010. Pero nadie sabe con certeza que ingredientes formarían parte de esta materia desconocida. Uno de los desarrollos teóricos más prometedores en esta área considera la existencia de "WIMPs" (sigla en inglés de weakly interacting massive particles; partículas masivas de interacción débil"), unas partículas hipotéticas que podrían explicar el problema de la materia oscura. Estas partículas interactúan debido a la fuerza nuclear débil y la gravedad. No se pueden ver directamente, ya que no interactúan con fotones, la radiación electromagnética. Esta combinación de supuestas características hace que los WIMPs presenten propiedades muy similares a las de los neutrinos, con la diferencia de que los WIMPs deberían de ser mucho más masivos, y por lo tanto, más lentos.

A pesar de algunas búsquedas al respecto, nadie ha detectado un WIMP. Sin embargo, si la materia oscura está compuesta de WIMPs, el universo debería estar repleto de estas partículas, de hecho, el número de ellas debería ser tan elevado que aproximadamente 1013 de estas partículas atravesarían por segundo cada kilogramo de nuestros cuerpos. La probabilidad del impacto con el núcleo de un átomo es minúscula, pero como deberían existir tal cantidad de WIMPs, puede que alguno sí que logre impactar contra algún núcleo. En este caso, el WIMP se aniquila, liberando considerables cantidades de energía a la materia (no oscura) en su alrededor.

Un planeta rocoso masivo ("Súper-Tierra") que se encuentre en la región central de la Vía Láctea (donde se espera una mayor densidad de materia oscura), podría captar con su gravedad una cantidad considerable de WIMPs. Sus choques con la materia bariónica en el interior del planeta podrían entregar suficiente energía para mantener su superficie sobre unos 280 K, la temperatura mínima para que el agua permanezca en estado líquido.


La vida en el hipotético planeta solitario sería muy diferente a lo que acostumbramos en nuestra Tierra. Antes que nada: no habrían plantas verdes por la falta de luz y la imposibilidad de una fotosíntesis. Sin embargo, no olvidemos que el ecosistema más grande de nuestra Tierra también existe en una eterna oscuridad: en el mar profundo. A pesar de ello, se ha desarrollado, y viven allí, una gran variedad de especies. Seguramente, algunos de esos seres se alimentan de los desechos de animales y plantas de la superficie, sus excrementos y sus cadáveres, pero también sabemos que existe en el mar profundo una gran variedad de arqueas, especies de bacterias primitivas que se alimentan sólo de azufre, metano u otros químicos, sin intervención alguna de una cadena alimenticia anterior. Es posible que criaturas parecidas pudieran ser la base de un árbol genealógico, culminando en vida compleja, y hasta inteligente en el planeta solitario. Tiempo para tal evolución hay suficiente: El planeta no depende de la vida limitada de una estrella madre, que, en su fase de gigante, lo tragaría. Podría ser un planeta con vida eterna.