¿Viajar a Marte para quedarse? Los científicos están considerando un viaje sin retorno
Si alguien le ofreciera un viaje a Marte - pero sólo de ida, sin vuelta: ¿Aceptaría la oferta? A primera vista parece ser una pregunta descabellada, pero esta idea pronto podría convertirse en realidad, como muestra un estudio recientemente publicado por dos científicos norteamericanos.
"No es un comando suicida", defienden los dos expertos Dirk Schulze-Makuch y Paul Davies su concepto para el primer vuelo tripulado al planeta vecino Marte. ¿Mandar astronautas a Marte sin retorno? No es un lugar ideal para jubilarse: frío, lleno de polvo y además, sin aire para respirar. A pesar de lo anterior en una encuesta reciente 400 personas expresaron de forma espontánea su deseo de participar en este viaje. Por supuesto la selección de candidatos será estricta: deberán pasar pruebas y ejercicios intensos como todo astronauta, exigiendo un riguroso entrenamiento corporal y demostrando estabilidad síquica para poder superar la claustrofobia y la soledad durante un viaje espacial largo.
¿Por qué un viaje sólo de ida sin vuelta? Sobre todo porque se ahorraría enormemente en costos; para poder retornar habría que llevar combustible también para la vuelta, con un costo total de unos 500 mil millones de dólares. En cambio, el viaje de ida solamente costaría 100 mil millones de dólares. Por otra parte, los astronautas no estarían tanto tiempo expuestos a la radiación cósmica o a posibles fallas técnicas en un viaje sin retorno.
Pero hay también aspectos interesantes a largo plazo: la idea principal es no sólo la exploración planetaria sino también la colonización del espacio para poder crear ambientes habitables por el hombre fuera de la Tierra. Se empezaría a explorar con misiones robóticas, los lugares aptos para fundar colonias en Marte. Una vez seleccionado un lugar para la colonia, se mandarían varias misiones no tripuladas con depósitos de alimentos, materiales de construcción, combustibles, maquinaria útil y otras cosas de primera necesidad. Luego, viajarán los primeros seres humanos en una misión espacial de unos 250 días. Llegando al planeta usarían cuevas naturales, por ejemplo tubos de lava, como refugio. Estas cuevas podrían contener también cantidades importantes de hielo de agua, suministrando así oxígeno y agua líquida. Construirían viviendas, invernaderos y otros ambientes herméticos con aire respirable a una presión como en la Tierra. Así se cultivarían plantas y animales y llegarán paulatinamente a una mayor autosuficiencia energética y alimenticia. Por supuesto, durante los primeros años o décadas, misiones regulares desde la Tierra abastecerían los colonos con lo necesario para sobrevivir y desarrollar su colonia.
Los primeros colonos no serían muchos, tal vez unas 4 personas en total. Si todo resulta exitoso, se podría expandir la colonia poco a poco llegando a unas 150 personas - décadas después de la primera misión.
La ventaja para la investigación científica es evidente: la presencia permanente de hombres en Marte permite programas de exploración geológica, mineralógica y astrobiológica de forma mucho más intensa de lo que sería posible con una misión humana de corta estadía en el planeta rojo. ¿Y la contaminación? ¿Cómo evitamos que microbios, introducidos por los colonos, contaminen el ecosistema natural de Marte (si existiera vida primitiva allí)? Desgraciadamente, ya hemos contaminado a Marte con nuestros microbios, los que viajaron con las sondas enviados por nuestras agencias espaciales durante las últimas décadas.
El viaje a Marte es posible con la tecnología disponible de hoy, sólo se requiere la voluntad política y los fondos necesarios. Sería un paso importante de la humanidad, comparable, en muchos aspectos, con los grandes exploradores como Cristóbal Colón hace más que 500 años, o Roald Amundsen y Robert Falcon Scott, que fueron los primeros en llegar al polo Sur de la Tierra hace un siglo. Estos viajes fueron todavía más duros que una posible misión a Marte por el aislamiento total de los exploradores: por meses estaban solos, sin comunicación con el mundo externo. En cambio, los viajeros espaciales tendrían en todo momento internet, noticias llegarían a Marte con un atraso promedio de 20 minutos, y se contestarían dentro de otros 20 minutos. Un diálogo sería siempre posible, a pesar de ser un poco lento.
Recordemos también que las misiones sin retorno fueron bastante comunes en la historia de la exploración humana. Por ejemplo, el español Hernán Cortés llegó el 21 de Abril de 1519 en la costa oriental de México con 11 barcos, para conquistar el imperio Azteca. Inmediatamente ordenó a destruir todos los barcos, dejando bien claro a sus hombres que no había vuelta, sólo victoria o muerte.
Sería lo mismo para los exploradores futuros en Marte: un viaje sin retorno.