Tabby: ¿Evidencia de una civilización alienígena?
El famoso observatorio espacial Kepler fue diseñado para detectar exoplanetas con el método del “transito”: un planeta que pasa encima de su estrella anfitrión bloquea una pequeña parte de luz de ella, la estrella parece un poco más débil por algunas horas, un evento que se repite periódicamente. Por ejemplo, desde un lugar muy lejano, donde un astrónomo extraterrestre observa la estrella “Sol”, la Tierra quitaría 0.0084% de la luz del Sol durante unos 13 horas cada 365.25 días. Esta increíble precisión logró Kepler, observando unos 150000 estrellas en un campo en la constelación Cygnus simultáneamente y sin interrupción por más de 4 años (2009-2013). Así detectó miles de exoplanetas de todos los tamaños, hasta algunos pequeños como la Tierra.
Pero el objeto más famoso detectado por Kepler no es alguno de estos exoplanetas, sino una estrella sin pena ni gloria con nombre científico KIC 8462852, también llamado “Tabby” según la astrónoma norteamericana Tabetha Boyajian, la primera autora de un artículo publicitado en Septiembre 2015. Allí se describe que la luminosidad de esta estrella mostró ocasionalmente inmersiones pequeñas, no periódicas en su brillo. La primera depresión importante, del 5 de marzo de 2011, ocultó el brillo de la estrella hasta un 15%, y la siguiente (del 28 de febrero de 2013) hasta un 22%. En comparación, un planeta del tamaño de Júpiter sólo ocultaría una estrella de este tamaño en un 1%, indicando que cualquier cosa que esté bloqueando luz durante las depresiones importantes de la estrella no es un planeta, sino algo que cubre hasta la mitad del ancho de la estrella. A partir del 19 de mayo de 2017, se ha detectado una nueva caída en la luminosidad, esta vez solo por un 2%, pero la curva de luz tiene una forma compleja y sigue en curso.
¿Qué cosa podría causar esto? Hay varias hipótesis. Por ejemplo, una gran nube de polvo proveniente de cometas que orbitan la estrella de forma elíptica podría oscurecer temporalmente la estrella. Sin embargo, la noción de que cometas perturbados de tal nube podrían existir en números suficientemente altos para oscurecer el 22% de la luminosidad observada de la estrella ha sido dudada. Como alternativas, la disminución de luminosidad estelar se podría deber a que la estrella ha capturado recientemente un campo de asteroides, o un campo de derrubios provenientes de un planeta masivo, o hasta ha colisionado con un planeta mayor, cuyos restos están girando alrededor de “Tabby”. Sin embargo, cualquier escenario de colisión masiva crearía polvo caliente que brilla en longitudes de onda infrarrojas. Los datos infrarrojos del telescopio espacial Spitzer de la NASA y de observatorios terrestres no encontraron ninguna evidencia para un exceso de la emisión infrarroja de la estrella, que habría sido un indicador de los granos de polvo que podrían haber venido de colisiones catastróficas de meteoritos o de planetas en el sistema. Tampoco se encontraron evidencias para la presencia de un polvo frío más lejano en un cinturón de asteroides similar al Cinturón de Kuiper del Sol. Por eso, una explicación disruptiva planetaria «catastrófica» lejana parece poco probable.
El misterio sigue sin solución, y siempre en estos casos surgen ideas locas: ¿Podría ser que una civilización extraterrestre con tecnología muy avanzada esté produciendo e instalando mega estructuras, como “esferas de Dyson” que permiten captar en forma eficiente la energía de su estrella anfitrión? Para investigar la posibilidad de la presencia de civilizaciones alienígenas en KIC 8462852, el instituto SETI ha dirigido su conjunto de radiotelescopios durante más de dos semanas hacia esta estrella y se han buscado dos tipos diferentes de señales de radio, señales de banda estrecha y ancha, tal como se espera que generarían las sociedades que quisieran emitir una señal para anunciar su presencia. Pero no se encontró nada especial durante estas observaciones.
Hay que recordar que no sería la primera vez que un descubrimiento astronómico inusual despierte la especulación a atribuirlo a inteligencia extraterrestre, pero pronto después se encontró la explicación natural para tal fenómeno. Por ejemplo, la señal del primer púlsar detectado, PSR B1919+21, tenía un periodo de 1,33 segundos. De hecho, cuando en julio de 1967 Jocelyn Belly y Antony Hewish detectaron estas señales de radio, extremadamente regulares y precisos como el mejor reloj disponible en aquella época, pensaron que podrían haber establecido contacto con una civilización extraterrestre. Pronto después se supo que, en realidad, esto se refiere a es una estrella de neutrones que emite radiación periódica debido a su intenso campo magnético que induce la emisión de estos pulsos relacionados con el período de rotación.
¿También falsa alarma en el caso de Tabby? Hay un pequeño detalle adicional: El astrónomo norteamericano Bradley Schaefer publicó en 2016 un estudio hecho con placas fotográficas antiguas del observatorio Harvard, afirmando que la estrella Tabby había estado disminuyendo gradualmente su brillo en un 20% durante los últimos cien años. Él consideró este dato como muy chocante y, de ser cierto, añadiría más misterio al asunto. Sí y no. Porque más de 13 años atrás, yo hice un estudio parecido usando placas del observatorio Sonneberg en Alemania, de varios cientos de estrellas considerados constantes, y encontré que un 7% de ellos muestran un comportamiento parecido, un lento aumento o decremento de su brillo por pocos porcientos en décadas. El fenómeno es tan tenue y lento que nadie lo había detectado antes. Actualmente, en el Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso estamos repitiendo este estudio, con medios y datos más modernos, investigando más de 10000 estrellas repartidas por casi la entera esfera celeste. Ya sabemos que la muestra moderna contiene también muchas estrellas con esto comportamiento; actualmente estamos preparando una publicación al respecto ¡Vamos a detectar hermanos de Tabby, sin duda!