El Sistema Solar: ¿Hogar acogedor o peligro real?

El Sol es una estrella típica y común, entre miles de millones en la Vía Láctea. Para nosotros tiene un significado especial: alberga un sistema planetario con un planeta habitado, la Tierra.

En toda su historia, el ser humano estaba enclaustrado en la superficie de la Tierra. Esto cambió el 4 de Octubre 1957 con el lanzamiento del primer Sputnik: La era de la conquista espacial se inició. Hasta ahora, nuestras sondas y robots espaciales ya han visitado y investigado los ocho planetas grandes del sistema solar (al ex-noveno planeta Plutón ya está viajando la sonda "New Horizons"), y también algunos cometas y asteroides, el viento solar y el polvo interplanetario, la radiación cósmica y más.

La astronomía es una ciencia muy particular: por un lado, puede aprovechar todo el Universo como su laboratorio, ofreciendo condiciones de temperaturas, densidades, campos magnéticos y otros parámetros totalmente imposibles de recrear en un laboratorio terrestre. Pero, por otro lado, no puede hacer experimentos dirigidos y controlados como las otras ciencias con sus laboratorios de investigación: el astrónomo se limita a observar y registrar procesos naturales a distancia.

Las únicas excepciones a esta regla las vivimos hace poco: el 4 de julio de 2005, la NASA hizo un primer experimento espacial, lanzando un objeto artificial (hecho de cobre chileno) al núcleo del cometa Tempel 1, para investigar la formación de un cráter de impacto y la estructura interna del cometa. Más recientemente, el 9 de octubre de 2009 se continuó esto con un experimento parecido, estrellando la sonda LCROSS y su cohete Centauro en el fondo del cráter Cabeus en el polo sur de la Luna, en una operación que confirmó la presencia de agua en el satélite natural de la Tierra.

En otras palabras: iniciamos la era de la astronomía experimental, con aplicaciones múltiples para misiones futuras robóticas y tripuladas, y para la exploración del sistema solar, la investigación de su origen y posiblemente sirviendo también para una explotación futura, la "minería espacial".


Por otro lado: el sistema solar, nuestro ambiente espacial inmediato, abarca también peligros, como impactos cósmicos de asteroides o cometas y fuertes tormentas solares, peligros reales para nosotros y el desarrollo de los ecosistemas en la Tierra. También estos aspectos los vamos a tratar en detalle en las comunicaciones futuras. En este contexto quisiera recordar una comunicación pasada en la cual comparé las energías y las consecuencias del terremoto del 27 de febrero con un impacto cósmico y sus efectos para la Tierra y la humanidad. Posteriormente, encontré un calculador de impactos: Se puede ingresar varios parámetros del proyectil (diámetro, densidad, velocidad y ángulo del impacto) y también del terreno terrestre (tierra firmo o agua con su profundidad, rocas de sedimentos o cristalinos). El programa calcula la energía total y entrega informaciones sobre efectos globales y atmosféricos, dimensiones del cráter, radiación térmica, efectos sísmicos, tsunamis y mucho más. Mis estimaciones de la comunicación del 13 de marzo fueron hechos en forma independiente, sin conocer este enlace en internet, pero coinciden bastante bien con los resultados de este programa. Les invito a verificar esto.