Nova Scorpii 1437: La estrella remanente de una explosión termonuclear observada hace casi 600 años

La nebulosa, eyectada durante la explosión Nova en el año 1437. La posición de la variable cataclísmica remanente actual está marcada con dos líneas rojas. Debido a su movimiento propio (determinado con métodos modernos) se puede calcular que en 1437 esta estrella se encontraba en el lugar de la pequeña cruz roja. Esta posición es casi idéntica a la del centro de la nebulosa, marcado con una cruz azul y otra verde (según dos diferentes métodos para determinar este centro). Esta coincidencia asegura la certeza de la identificación de la variable cataclísmica de hoy con la Nova observada hace 580 años.

El 11 de marzo de 1437 astrónomos coreanos reportaron el descubrimiento de una “nueva” estrella ubicada en la cola de la constelación del Escorpión, la cual fue visible sólo por 14 días antes de desaparecer. Recientemente, científicos especializados analizaron textos antiguos, concluyendo que se trató de una explosión Nova. Una erupción Nova ocurre en un sistema de estrellas binarias cercanas, denominadas 'variables cataclísmicas', que consisten en una enana blanca (una estrella compacta de tamaño de la Tierra, pero con la masa del Sol) y una estrella compañera, la que es similar al Sol, aunque típicamente algo más pequeño y más frío. Ella está tan cerca de la enana blanca que envía parte de su material hacia ella; es principalmente hidrógeno y helio que se acumula en la superficie de la enana blanca. Pasado varios miles de años, esto resulta en una explosión termonuclear (parecida a una bomba atómica de hidrógeno) la cual aumenta el brillo de la estrella unas 100000 veces su valor anterior por pocos días, y eyecta parte de las capas superficiales de la enana blanca hacia el medio interestelar. Esto observaron los coreanos en el año 1437. En realidad, la “Nova” no es de una estrella nueva, sino una que existía antes, y sigue existiendo después de esta explosión. Más detalles sobre las Novas ya fueron explicados aquí.

Un equipo internacional de astrónomos, liderado por Dr. Michael Shara, del American Museum of Natural History de Nueva York, encontró la nebulosa eyectada en la explosión cerca a la posición descrita en los textos antiguos coreanos, y una estrella remanente del tipo cataclísmica, un poco desplazado del centro de esta nebulosa, pero con un movimiento propio tan alto que, en 1437, debe haber sido justo en su centro. Esto nos da la certeza de la identificación. Además, la estudiante de doctorado Irma Fuentes-Morales y su supervisor de tesis Dr. Claus Tappert, ambos del Instituto de Física y Astronomía (IFA) de la Universidad de Valparaíso, detectaron que esta estrella central es una variable eclipsante con un período orbital cerca de 12 horas. Este hecho permite determinar importantes parámetros de la estrella binaría remanente, como masas y radios entre otros. El primer estudio de esta Nova, actualmente la más antigua identificada con certeza, fue publicada en la edición de Nature del 31 de agosto de 2017, pero seguramente habrá muchos más estudios detallados de esta variable cataclísmica única y muy interesante.

Esta noticia fue inspirada por discusiones recientes con los colegas mencionados, y también por un breve artículo en la página web del IFA.